El origen del ‘eyeliner’

Busto de Tutmosis de la reina egipcia Nefertiti ©Getty Images

El acto de perfilarse el párpado superior del ojo con una línea negra comenzó a ponerse en práctica, principalmente, en el Antiguo Egipto y en Mesopotamia.

Los egipcios eran muy dados al uso del maquillaje, que por aquel entonces estaba muy ligado a la salud y al bienestar, y lo utilizaban hombres, mujeres y niños. Grandes personalidades como Nefertiti o la reina Cleopatra fueron muy aficionadas a este delineado.

Además de distintas funciones prácticas, entre ellas, proteger los ojos del sol, se pensaba que esta línea negra en el ojo protegía del ‘mal de ojo’.

También eran populares las sombras de ojos, especialmente en colores azules, y también marcaban sus cejas con distintos pigmentos negros. Elaboraban este maquillaje y otros ungüentos de forma natural y extrayendo todos los ingredientes directamente de la naturaleza, como flores, miel o leche.

Máscara funeraria de Tutankamón ©Mohamed El-Dakhakhny / AP Photo / Gtres

En Occidente, el uso del ‘kohl’ se popularizó en el siglo XX tras el descubrimiento de la tumba del rey faraón Tutankamón en 1922 y alcanzó su auge en los años 30, donde numerosas actrices como Joséphine Baker, Louise Brooks o Greta Nissen lo utilizaban en sus rituales de belleza.

Tumba del rey Tutankamón

Este ‘cat eye’ pronto ganó fama y se hizo un hueco entre las tendencias de belleza de la época, afianzándose en los años 50 con la invención del ‘eyeliner’ líquido y gracias, una vez más, a actrices como Marilyn Monroe, Sophia Loren, Ava Gardner o Audrey Hepburn (aunque reinvéntalo de una forma más natural y simple).

Elizabeth Taylor en «Cleopatra» (Joseph L. Mankiewicz, 1963). ©Getty Images

Hoy en día, el ‘eyeliner’ sigue muy presente en nuestros básicos de maquillaje, y hemos contado con grandes referentes como, por ejemplo, Amy Winehouse, y ha sido llevado al extremo en muchas variantes y tendencias como el punk o la moda gótica –y, por supuesto, no sólo ha sido utilizado por mujeres–. Lo que está claro es que es una técnica tan versátil que ha continuado renovándose cada año y cada siglo: tiene cabida en muchas subculturas y que cada cual puede llevársela a su terreno, y creemos que aún tiene mucho que ofrecer en la actualidad.

Kurt Cobain

Artículo por Mar de Garrido.

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El vestuario de ‘Muerte en el Nilo’ de un millón de dólares

La adaptación de la novela de Agatha Christie ha contado con Paco Delgado al frente del diseño de vestuario. Aunque la estatuilla al mejor vestuario se la llevó ‘Cruella’, los 160 trajes confeccionados para la película no se han quedado atrás.

Con un presupuesto de un millón de dólares, Paco Delgado no ha escatimado en los trajes de la élite de los años 30 que lucen los personajes en la película. Unos catorce personajes principales con una docena de looks cada uno.

«Los años 30 fueron un periodo increíblemente moderno en lo referente a moda, mucho más que los conservadores años 40»

Paco Delgado
‘Muerte en el Nilo’ (Kenneth Branagh, 2022)
Carole Lombard

El diseñador español, originario de Lanzarote, se inspiró para la elección del vestuario de Linnet Doyle, mujer de Poirot, principalmente, en la moda parisina y en las revistas Vogue francesas de la época, además de emulando el estilo de famosas actrices de Hollywood como Carole Lombard, Marlene Dietrich o Audrey Hepburn (de ahí el estilo ‘old Hollywood’ que luce la protagonista).

En los años 30 se vivía el momento de mayor glamour hollywoodiense, donde las siluetas se afinaban, la seda se popularizó y gracias a ello aparecieron elegantes vestidos más frescos, con movimiento e incluso drapeados. El canon de belleza femenino está a la orden del día, y se estilaban las grandes divas con cejas muy delgadas.

Delgado buscaba que el vestuario fuera muy pasional, al igual que la trama: «La ropa muestra esa sensualidad latente, porque en esta historia todo el mundo está en un triángulo o alguna relación amorosa», explica. «Egipto de por sí es sensual, veremos la piel porque es caluroso, el sudor, el viento pega los vestidos a los cuerpos, telas vaporosas…».

Jacqueline de Bellefort en ‘Muerte en el Nilo’ (Kenneth Branagh, 2022)
Linnet Doyle con el diamante en ‘Muerte en el Nilo’ (Kenneth Branagh, 2022)

Sin embargo, hay un detalle muy importante, la joya de la corona del vestuario. La luce Gal Gadot en forma de collar: un diamante Tiffany de 128 quilates.

Esta pieza fue llevada por primera vez por la Sra. E. Sheldon Whitehouse en el Tiffany Ball de 1957, pero lo popularizó haciendo su primera aparición cinematográfica Audrey Hepburn, quien lo mostró en ‘Desayuno con diamantes’ en 1961.

“Por razones de seguridad (y por la naturaleza de la trama) Tiffany & Co hizo varias réplicas para esta producción. El nivel de vigilancia con que se protege el original es extraordinario” cuenta Delgado.

Este diamante amarillo fue adquirido por Charles Lewis Tiffany en 1878 por 18.000 dólares. Una joya con historia que, además de la actriz que da vida a la mujer de Poirot, sólo Lady Gaga y Beyoncé han podido llevar este accesorio en las últimas cinco décadas.

Artículo por Mar de Garrido.

El estilo ‘pixie’ está de moda

Alexa Demie, Florence Pugh, Zöe Kravitz o Demi Lovato son algunas de las que se han sumado a la tendencia.

Zoe Kravitz en los Globos de Oro, enero de 2020 ©Christopher Polk/NBC

Este corte de pelo está en auge este año 2022. ¿La razón? Va de la mano del estilo ‘punk’ que tanto está triunfando desde hace ya un tiempo.

Alexa Demie en el desfile de Balenciaga ©Anthony Ghnassia/Getty Images para Balenciaga

El peinado que tanto popularizaron celebridades como Audrey Hepburn o Jean Seberg en los años cincuenta y sesenta, considerado como una muestra de individualidad e inconformismo, resurgió en los años ochenta y noventa y ahora vuelve con nosotras.

Rihanna, Emma Watson, Anne Hathaway o Miley Cyrus son algunas de las ‘it-girls’ que comenzaron a atreverse con este corte. Más recientemente, ‘celebrities’ como Alexa Demie, que nos sorprendió con un nuevo corte estilo ‘pixie’ y con miniflequillo en el pasado desfile de Balenciaga, ya se han añadido a la tendencia y la llevan a su terreno.

Florence Pugh, actriz en alza que ha protagonizado filmes como «Midsommar» (Ari Aster, 2019), «Black Widow» (Cate Shortland, 2021), o «Mujercitas» (Greta Gerwig, 2019), ya apostó por un corte de inspiración ‘punk’ para los premios BAFTA de este año 2022. A su nuevo look capilar (mucho más oscuro y corto), Pugh añadió un piercing en la nariz, un buen eyeliner y detalles en plata en la joyería, rematando el cambio de look a lo andrógino que parece que tiene una razón: se está preparando para rodar «A Good Person», una película que dirigirá su pareja Zach Braff.

Florence Pugh en los premios BAFTA 2022 ©David M. Benett / Getty Images

Todas las modas se renuevan, eso ya lo sabemos, pero, ¿logrará esta tendencia continuar entre las más destacadas?

Artículo por Mar de Garrido.

La tendencia más inesperada de 2022: los balaclava

La influencer Gigi Vives luciendo un balaclava de brillantes ©gigivives

De todas las tendencias que han ido apareciendo los últimos meses de frío, como las botas UGG, los guantes en todas sus formas, los llamados «dickey» (falsas pecheras) o las medias de colores, la más inesperada del 2022 se ha manifestado en forma de pasamontañas.

Este accesorio lleva el nombre de la región de la península de Crimea, donde tuvo su origen la guerra de Balaklava (1854) que enfrentó rusos e ingleses. Para protegerse del frío, las tropas británicas comenzaron a utilizar una prenda que les cubría gran parte de la cabeza, accesorio que se popularizó durante la Edad Media y en la Segunda Guerra Mundial, especialmente en soldados o verdugos.

Poco a poco pasó de lo militar a la protesta, especialmente en actos rebeldes, con el propósito de ocultar la identidad de los manifestantes. Se utilizaban en muchas situaciones, pero aún no habían dado el salto al ‘street wear’ ni al ‘high fashion’.

Comenzó a llevarse asociado a las pistas de esquí para protegerse del frío, y vemos su aparición en los años sesenta siendo lucido por celebridades como Audrey Hepburn en la película «Charada» (Stanley Donen, 1963), o la primera dama de Estados Unidos Jackie Kennedy, cuando visitó las pistas de esquí en 1976.

Audrey Hepburn luciendo un balaclava en la película «Charada» (Stanley Donen, 1963)

El balaclava es heredero del mítico pañuelo anudado a la cabeza o las capuchas, y se encuentra muy ligado a la tendencia «gorpcore» (o «glamping», corriente inspirada en la ropa de montaña) y «warcore» (ropa pensada para tiempos de guerra). Este accesorio ha ido apareciendo de forma tímida en las colecciones de las grandes casas hasta copar casi todas las pasarelas. Raf Simons fue pionero en tomar nota sobre los pasamontañas y los trasladó a sus pasarelas en 2002, y poco después le siguieron Alessandro Michelle (director creativo de Gucci), quien siempre apuesta por cubrir grandes partes de los rostros de sus modelos, y Demna Gvasalia, con una versión más oscura.

Miu Miu Fall/Winter 2021/2022 ©GETTY IMAGES

Como han propuesto marcas como Miu Miu, el pasamontañas estará muy presente en estas temporadas, en todos los colores, y en cualquier tejido, o forma: puede hasta combinarse articuladamente junto con bufandas (prendas que hemos visto esta temporada, muchas veces, anudadas a la cabeza).

Anotamos también los guantes de pelo sintético que nos propone la casa italiana: otra de las tendencias que triunfarán este año 2022 serán las manoplas peludas.

Aunque vemos principalmente un ambiente frío y de esquí en la pasarela de Miu Miu, el balaclava ha sido recuperado por muchas ‘celebrities’ e ‘influencers’ (como Gigi Vives o Madame de Rosa) y actualmente se puede ver por todo nuestro feed de Instagram en pleno ‘street style’ y adecuado al día a día.

Este accesorio, ideal para los looks de ‘layering’, también ha sido introducido por Eckhahus Latta o Marine Serre en sus pasarelas, pero podemos encontrarlo en tiendas como H&M, donde se agotó el pasado mes de enero, o en marcas ‘low cost’ como SheIn. Lo que está claro, es que esta prenda ha llegado para quedarse un tiempo entre nosotros.

Artículo por Mar de Garrido.